Manejo de la rabia

¿Qué haces cuando te da mucha rabia?

En este Podcast analizamos por qué nos da rabia, qué pasa en nuestro cerebro cuando sentimos esta emoción, los comportamientos que nos suscita, y, finalmente, cómo podemos regularla.

¿Qué es la rabia?

La rabia es una emoción que se genera cuando nos sentimos amenazados.  Para comprender mejor lo que nos pasa cuando sentimos rabia, voy a explicar qué son las emociones.

Según los hallazgos de la neurociencia, las emociones son hormonas. Probablemente habrás escuchado que el chocolate produce endorfinas, que son las hormonas de la alegría, o dopaminas que son las hormonas de la calma; o de pronto has escuchado que el estrés libera hormonas de cortisol. Entonces, las emociones son hormonas producidas por el cerebro, según las evaluaciones que nuestro cerebro hace del contexto.

Por ejemplo, imagina que estás en un safari en el África, y ves un pájaro espectacular al que quieres tomarle una foto; probablemente, sientas alegría, o sea, endorfinas, y eso te impulsa a bajarte del Jeep y acercarte al pájaro; pero ahora imagina que apenas te bajas del Jeep, te das cuenta de que hay un león a 300 metros, entonces, de la alegría pasas a sentir miedo, que libera altas dosis de cortisol, y esta hormona te prepara para huir rápidamente de esa situación. Entonces, te regresas lo más rápido que puedas al Jeep.

La rabia es una emoción que se genera cuando el cerebro percibe que estamos ante una amenaza, pero es una amenaza que podemos superar, entonces nos libera hormonas que nos dotan de mayor energía y fuerza para superar un obstáculo o una situación.

¿Entonces, podríamos decir que la rabia es una emoción útil?

La rabia es súper útil cuando, realmente, estamos bajo una amenaza a nuestra supervivencia, es decir, cuando nuestra vida física está en riesgo y, por lo tanto, necesitamos mucho cortisol y adrenalina, para tener más fuerza física y energía para superar el obstáculo.

Cuando este mecanismo de supervivencia se activa, se enciende un lugar en nuestro cerebro denominado la amígdala, (que no son las amígdalas de la boca) sino la amígdala del cerebro. Has de cuenta que es la estación de bomberos de tu cerebro, que se enciende cuando estás en peligro y necesitas reaccionar de una forma automática. Claramente, no te quieres quedar reflexionando mucho tiempo qué hacer cuando tienes un León a 300 metros.

Cuando la amígdala se enciende, se inhibe el lugar del cerebro que nos permite hacer cálculos y predicciones, llamado la corteza prefrontal del cerebro, que es el equivalente al departamento estadístico que analiza datos y predice lo que va a suceder. Este lugar, que está ubicado en la parte delantera de tu cerebro, si te tocas la frente, te estás tocando tu corteza prefrontal, queda inhibida, en otras palabras, apagada, porque el cerebro debe priorizar su energía.

¿Qué pasa al interior de tu cerebro cuando sientes rabia?

Entonces, cuando sientes rabia, tu amígdala se prende, se libera cortisol y adrenalina que te dota de más fuerza y energía física, y se apaga o se inhibe tu corteza prefrontal, reduciendo tu capacidad de analizar las consecuencias de tus decisiones.

Ahora bien, este es un mecanismo clave cuando tu vida está amenazada y tienes que actuar muy rápido, de forma automática; pero cuando estás en una circunstancia donde tu vida no está amenazada, es un mecanismo que nubla tu capacidad de predicción y te hace tener reacciones exageradas y sobredimensionadas.

En otras palabras, cuando actuamos con rabia, es el equivalente a aceptar un crédito de 300 millones de pesos en una llamada, sin hacer ningún cálculo hacia el futuro. Es decir, tenemos una altísima probabilidad de equivocarnos en la forma de reaccionar frente a una situación.

¿Puedo regular la rabia antes de reaccionar?

SÍ. Sí podemos regularla y, de hecho, es muy importante regularla para que podamos reaccionar de forma ecuánime y equilibrada en las situaciones que nos ponen bajo presión.

La capacidad de regular las emociones, como la rabia, es lo que se denomina Inteligencia Emocional, es decir, es la capacidad que yo desarrollo para controlar y para dominar mis emociones, y no que las emociones me dominen a mí.

Esta capacidad se desarrolla y se entrena. La regulación emocional funciona como un músculo que se entrena, como un hábito que se genera con ejercicios diarios.

Para regular la rabia, necesitamos cambiar la percepción que la suscitó, porque el circuito del comportamiento sigue este patrón: primero, me genero una percepción (que puede ser positiva o negativa), luego se suscita una emoción, y esa emoción activa un comportamiento. Por lo tanto, si quiero modificar la emoción, necesito modificar la percepción.

El truco para modificar la percepción está en tomarse tiempo para reflexionar acerca de las consecuencias de mis acciones. Por ejemplo: si estoy teniendo una confrontación con mi jefe (porque me está hablando en ese tonito despectivo que no soporto) y yo quiero decirle “todo lo que se merece”; antes de reaccionar, puedo predecir qué va a pasar si reacciono con rabia, por ejemplo: me pueden echar, y si me echan, conseguir trabajo en Covid19 está muy difícil, y no voy a tener con qué pagar la próxima cuota del apartamento; entonces la rabia se transforma en miedo, y, además, “me digo a mí misma, el pobre tipo está con una presión inmensa y seguro el jefe pluma blanca lo ha llamado 10 diez veces” , y entonces el miedo se transforma en comprensión; y eso me hace reaccionar de forma más ecuánime, y decir algo así como: “Claro, comprendo la presión que hay sobre este tema. Cuenta conmigo para sacar este proyecto adelante”

O sea, cambié la percepción; y por lo tanto, la emoción; y por lo tanto, mi reacción.

Esto ha sido todo en el Podcast de hoy. Si quieres profundizar en este tema, puedes darle una mirada a nuestro curso de Inteligencia Emocional.

Publicaciones Similares